Viento, agua, piedra, tierra y, por supuesto, uvas, son los ingredientes con los que se elabora este monovarietal de Merlot procedente de Arínzano, una finca de 350 hectáreas de las cuales la tercera parte se destina al cultivo de la vid.
El Cierzo, un viento fresco y seco de componente Noroeste, se cuela por el valle glaciar en el que se ubica el viñedo, mientras las aguas del río Ega ayudan a crear un ecosistema único en el que se cultiva el Merlot ecológico con el que se elabora el vino que cataremos hoy, un vino de Pago cuyos creadores definen como “raro, elegante y complejo para conocedores”.
Para elaborarlo, José Manuel Rodríguez, enólogo de Arínzano, selecciona las uvas de La Muga, una parcela de fértiles suelos arcillosos cuya producción se limita a 3.500 kilos por hectárea. La precisa elección del momento de vendimia es una de las claves de este vino, cuyas uvas llegan a la bodega en cajas de 12 kilos, se someten a una doble selección (racimos y uvas, ya despalilladas), se encuban sin estrujar y maceran en frío (a entre 8 y 12 ºC) antes de fermentar a lo largo de entre 15 y 20 días en los que se busca un elevado nivel de extracción que permita al vino ofrecer estructura y potencial de guarda. La conversión maloláctica se lleva a cabo en barricas de roble francés, mientras que la crianza se prolonga durante 14 meses en barricas nuevas y de segundo uso, a partes iguales.
Cuando lo catamos encontramos un vino de aspecto serio, con su profundo color picota y capa alta. La nariz incide en esa sensación de seriedad; hay aromas a fruta negra, toques de pimiento verde, notas de campo, eucalipto, tenues toques ahumados y de laca. Finalmente, la boca corrobora esa seriedad con un trago opulento, de buena acidez, algo rústico, terroso, frutal, con taninos marcados, domados pero tensos, que prometen una larga vida a este Merlot.
Con una cierta sensación licorosa pero nada pesada y un posgusto balsámico, apuramos la copa de este vino sin dejar de pensar en la perfecta definición que hace la bodega de su Merlot nacido en una finca de naturaleza salvaje próxima a la población navarra de Aberin: “raro, elegante y complejo para conocedores”.
Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
Arínzano Merlot 2018 | 16 % | – | 43 euros |

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Arínzano Merlot 2018: A “rare, complex and elegant wine”
Wind, water, stone, earth and, of course, grapes, are the ingredients with which this Merlot monovarietal is made by Arínzano winery, a 350-hectare estate of which a third is used for growing vines.
The Cierzo, a cool and dry wind from the Northwest, blows through the glacial valley in which the vineyard is located, while the waters of the Ega River help to create a unique ecosystem in which the organic Merlot is farmed, a Merlot with which it’s produces the wine that we will taste today, a wine whose creators define as “rare, elegant and complex for connoisseurs”.
To make it, José Manuel Rodríguez, winemaker from Arínzano, selects the grapes from La Muga, a plot of fertile clay soils whose production is limited to 3,500 kilos per hectare. The precise choice of the harvest time is one of the keys to this wine, whose grapes arrive at the winery in 12-kilo boxes, undergo a double selection (bunches and grapes, already destemmed), are vatted without squeezing and cold macerated (between 8 and 12 ºC) before fermenting for between 15 and 20 days in which a high level of extraction is sought that allows the wine to offer structure and aging potential. The malolactic conversion is carried out in French oak barrels, while the aging lasts for 14 months in new and second-use barrels, in equal parts.
When we taste it, we find a wine with a serious appearance, with its deep cherry color and high layer. The nose also shows that feeling of seriousness. There are aromas of black fruit, hints of green pepper, countryside, eucalyptus, faint hints of smoke and lacquer. Finally, the palate corroborates this seriousness with an opulent drink, with good acidity, something rustic, earthy, fruity, with marked, tame but tense tannins, which promise a long life for this Merlot.
With a certain sensation of liquor but not heavy and a balsamic aftertaste, we drink this wine without stopping to think about the perfect definition that the winery makes of its Merlot born on a wild nature estate near the Navarrese town of Aberin: “ rare, elegant and complex for connoisseurs”.
