Es más que un número; 1988 es el año en el que nace Castell D’age, un sueño atrapado entre las paredes de una masía del siglo XVIII en la que una agricultura ecólogica y biodinámica hacen que la fruta y el terruño se muestren en la copa. Y 1988 es el cava reserva con el que esta bodega rinde homenaje al año de su fundación y a la Xarello, una uva clave para el desarrollo de la viticultura en el Penedés.

1988 Castell D’age es un monovarietal de Xarello plantado sobre suelos calcáreos arcillosos a una altura de 280 metros en la finca Can Gener. Las uvas, vendimiadas a mano, fermentan a baja temperatura en depósitos de acero inoxidable. El cava hace una crianza en rima de al menos 20 meses en cavas subterráneas y, tras el degüello, cada botella de 1988 se rellena únicamente con más cava 1988, como corresponde a un brut nature.
Estamos ante un cava de un color amarillo pajizo con reflejos dorados. En nariz destacan la fruta blanca y las notas de panadería sobre un fondo mineral. Su boca es elegante, suave, con una acidez muy agradable. Fruta y levaduras mantienen un fantástico equilibrio mientras las burbujas, muy finas, pasan prácticamente inadvertidas al tiempo que la copa se vacía casi sin darte cuenta. Y es que 1988 es más que un número; es el año en el que nace un sueño.
Puedes encontrar este cava junto con otras elaboraciones de esta misma bodega en la caja de este mes de-box de de-scorche

🇬🇧
It is more than a number; 1988 is the year in which Castell D’age was born, a dream trapped between the walls of an 18th century farmhouse in which organic and biodynamic agriculture make the fruit and the terroir appear in the glass. And 1988 is the reserve cava with which this winery pays tribute to the year of its foundation and to Xarello, a key grape for the development of viticulture in the Penedés region.
1988 Castell D’age is a Xarello single-varietal planted on calcareous clay soils at 280 meters high on the Can Gener estate. The grapes, harvested by hand, ferment at low temperature in stainless steel tanks. The cava is aged in the bottle for at least 20 months in underground cellars and, after the disgorgement, each 1988 bottle is filled just with more 1988 cava, as corresponds to a brut nature.
We are in front of a straw yellow cava with golden reflections. On the nose, white fruit and bakery notes stand out on a mineral background. Its palate is elegant, smooth, with a very pleasant acidity. Fruit and yeasts maintain a fantastic balance while the very fine bubbles go practically unnoticed while the glass empties almost without realizing it. And it’s that 1988 is more than a number. It’s the year that a dream was born.
